México, Estados Unidos y Canadá expresaron su condena a los ataques del 8 de enero contra la democracia brasileña y el traspaso pacífico del poder.

En un comunicado conjunto manifestaron su apoyo a Brasil “en la salvaguarda de sus instituciones democráticas. Nuestros gobiernos apoyan la libre voluntad de las personas de Brasil”.

Agregaron que esperan “con interés poder trabajar con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para cumplir con nuestros países, el hemisferio occidental y el resto del mundo”.

En tanto, durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la solidaridad al presidente Lula por el ataque de bolsonaristas contra las principales instituciones de ese país, no sólo provenga de los países de América Latina y el Caribe, sino también de Estados Unidos y Canadá.

Mencionó que ayer por la noche con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no hubo necesidad de tocar el tema de Brasil, pues ya se había pronunciado. “Lo hicieron todos los países del mundo, el rechazo a la actitud irresponsable, a favor del presidente Lula. Y coincidimos. El presidente Lula fue electo democráticamente, lo apoyan las fuerzas progresistas de Brasil, México, el Continente Americano”.

Consideró muy satisfactorio que la solidaridad no sea sólo de América Latina y el Caribe, sino que también el apoyo a la democracia de Brasil incluya a Canadá, Estados Unidos y a países de todo el mundo.

Dijo que “es un hecho a destacar, que es un consenso de los países del continente americano (el apoyo al presidente Lula). Eso es muy bueno, porque independientemente de las posturas políticas, partidistas, se tiene que defender la democracia. Se tiene que respetar la voluntad del pueblo”.

Abundó en que lo sucedido el domingo en Brasil “fue un intento fallido de parte del conservadurismo brasileño, porque fue muy buena la solidaridad internacional, eso es lo que se debe de promover y fomentar, no quedarnos callados, como sucedió en Perú”.

Agregó que en el caso peruano “no es posible que el pueblo elija y una minoría por intereses económicos o políticos implemente un golpe de Estado, o una destitución, que no necesariamente ahora se hace mediante el ejército, como era antes el acostumbrado golpe de Estado de los militares, ahora hay otros mecanismos iguales o más perversos, porque se dan de manera soterrada, pero también causan mucho daño”.

Señaló que “los golpes de Estado se van preparando con estrategias mediáticas, con mucho dinero, con intervencionismo. Entonces se burla la voluntad de los ciudadanos. ¿Cómo es posible, si hay una elección, se gana limpiamente, se va a promover una rebelión? Puede haber protestas pacíficas, pero un acto así es una insinuación de que se apuesta a la inestabilidad, enrarecer el ambiente, para que después vengan cosas peores”.

Ante ello, la respuesta a la situación de Brasil, fue muy buena, “se mostró que se apuesta a la democracia de verdad, no de manera demagógica, porque para todo se usa la ‘democracia’, pero no es auténtico, ahora sí, se mostró. Hablaba de que gobiernos de distintas corrientes de pensamiento, partidos, rechazaron la actitud de estos conservadores de Brasil, vamos a seguir apoyando al presidente Lula, es nuestro hermano. Lo mejor es contar con el apoyo del pueblo y que en el concierto de las naciones no se permitan actitudes antidemocráticas”.

Ante la mención de reporteros de que los promotores de los hechos de Brasil vinieron a la cumbre de la ultraderecha realizada hace unos meses en Santa Fe, sostuvo que “es el conservadurismo que impera y que actúa de forma irresponsable. Son autoritarios, antidemocráticos y violentos, y agreguen algo que los mueve: son muy corruptos”.

Dijo que por eso se deben fortalecer valores, “no bastan cambios en la política económica, hay que rescatar lo que estaba olvidado, querían enterrar para siempre, nuestros valores culturales, morales, espirituales, hay que exaltarlos, siempre he dicho que la mayor riqueza de México es la honestidad de su pueblo”.