Los padres del migrante mexicano Jesús Iván Sepúlveda buscan justicia tras la muerte de su hijo de 22 años, asesinado al cruzar la frontera la semana pasada por Michael Sheppard, exdirector del Centro de Detención migratoria de West Texas en Sierra Blanca.
Napoleón Sepúlveda, padre del joven, calificó el hecho como un crimen de odio y racismo en entrevista con Efe tras llegar a Ciudad Juárez, en la frontera de México con Estados Unidos, para recuperar el cuerpo de su hijo tras su muerte el 27 de septiembre.
“Mi hijo salió de Durango y llegó aquí a Juárez para cumplir su sueño, ir a Austin, Texas. Él era un buen hijo, no tomaba, no fumaba y quería juntar dinero para comprar una casita, vivir ahí con su esposa y sus hijas”, expuso.
Sepúlveda pidió a las autoridades mexicanas y estadounidenses que trabajen para encarcelar a los responsables.
“Eso no me va a regresar a mi hijo, pero no quiero que alguien más sufra lo que yo”, expresó.
UN VIAJE TRÁGICO
Jesús Iván, originario del norteño estado de Durango, murió en el desierto al sur de Sierra Blanca, Texas, mientras viajaba acompañado de 13 personas provenientes de la misma región.
Los viajeros pararon para tomar agua tras cruzar la frontera y, en ese momento, el exjefe de un centro de detención de migrantes y su hermano gemelo dispararon contra ellos, lo que resultó en la muerte de Jesús Iván y la hospitalización de Brenda Berenice Casías, migrante mexicana.
Pese al tiroteo, los hermanos Mark y Mike Sheppard quedaron libres este lunes tras pagar fianzas de 250.000 dólares cada uno mientras esperan el juicio.
El hecho despertó indignación en activistas como Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por su siglas en inglés), quien dijo que los sucesos son resultado de una narrativa racista y anti inmigrante promovida por el gobernador de Texas, Greg Abbott.
“Por eso tienen policía en la frontera y dicen que los mexicanos son malos. Pedimos que se castigue a los criminales, que cazaron a los migrantes en una actitud meramente racista”, declaró a Efe.
La congresista estadounidense Verónica Escobar pidió una investigación al Departamento de Justicia estadounidense.