Unos 5 mil maestros que atienden a poco más de 150 mil alumnos de educación Preescolar, Primaria y Secundaria y Media Superior en los municipios de las zonas sierra y fronteriza de Chiapas, decidieron suspender labores, debido a enfrentamientos entre grupos del crimen organizado.

Desde el pasado 7 de septiembre, los principales cárteles de la droga que operan en México incrementaron los enfrentamientos en el estado, como parte de la disputa que mantienen por el control de las rutas de tráfico en las regiones de Chiapas ubicadas en la frontera con Guatemala.

También, obligados por estos grupos, pobladores mantienen bloqueadas las entradas a los municipios y retenes en las rutas de acceso a la región.

Esto con el fin de bloquearse mutuamente el paso, lo que ha suscitado enfrentamientos directos entre ambos grupos.

En este contexto, Celerino Nolasco Alvarado, supervisor escolar de la Zona 025, que abarca los municipios de la zona sierra como Motozintla, Siltepec, La Grandeza, Honduras de la Sierra, Frontera Comalapa, Mazapa de Madero y otros, informó de la suspensión a través del oficio 001-2023/2024 dirigido a la Secretaría de Educación Federalizada.

“(…) ante la negligencia y ausentismo de las autoridades competentes para hacerle frente a los actos delictivos cometidos por grupos criminales (…) determinamos suspender temporalmente las actividades laborales docentes de todas las escuelas de la zona escolar”, advirtió.

Detalla que en esta región hay “pánico e incertidumbre” entre la sociedad. Añade que la decisión de suspender labores es “para no exponer la integridad física tanto del personal docente, alumnos (as) y padres de familia”. Esta decisión -refiere- se mantendrá hasta que la normalidad y seguridad retorne a nuestra supervivencia.

En otro oficio dirigido al gobernador Rutilio Escandón y las autoridades educativas, los maestros adscritos al sistema educativo estatal de nivel Preescolar, Primaria y Secundaria de la zona Honduras de la Sierra, informan también su decisión de suspender labores educativas.

“No podemos poner en juego la integridad física y psicológica de alumnos, padres de familia, docentes y sociedad en general. Por lo tanto, hasta que nos garanticen las condiciones necesarias de seguridad social, regresaremos a nuestras labores diarias”, refieren en la carta pública.

“Tenemos la necesidad y obligación de manifestarnos ante la situación crítica y la ola de violencia que está sucediendo en nuestra región”, advierten que si se les obliga a llegar a las escuelas, “hacemos responsables a los tres niveles de gobierno y educativas” de lo que pueda sucederles a ellos, a niños y niñas, y a padres de familia.

De acuerdo a los maestros, en la zona laboran unos 5 mil docentes, quienes atienden a entre 30 y 35 alumnos; por ello calculan que son más de 150 niñas, niños y adolescentes los que están afectados por la situación de violencia que viven en su región.

Detallaron que algunas maestras y maestros quedaron atrapados en las comunidades donde laboran, porque los caminos de salida y entrada a la región están bloqueados o hay retenes de los grupos del crimen.

“Se acabó el gas, no hay alimentos (…) la tortilla la están dando a 100 pesos el kilo. Todo es un caos (…) nadie sale a las calles ni a buscar comida. Está muy delicada la situación. Algunas maestras tuvieron que dar la vuelta por Guatemala exponiendo sus vidas para poder llegar a sus casas”, explicaron algunas supervisoras escolares.