Al acusar que México está herido y disperso por el miedo y la inseguridad, obispos, arzobispos y padres de prácticamente todo el país pertenecientes a la Iglesia católica lanzaron un “¡ya basta!”, por la violencia y asesinatos, pues se está llegando a un punto insostenible, dijeron.

Al llevar a cabo la primera actividad de la Jornada Nacional de Oración por la Paz, los religiosos pidieron diálogo y estrategia para alcanzar la paz, además de pedir por los gobernantes para que tomen buenas decisiones y se toque el corazón de quienes provocan sufrimiento y muerte, a fin de que tengan una conversión.

Dijeron que esta jornada no es contra el presidente Andrés Manuel López Obrador ni contra su partido, sino contra un sistema que ya fue superado por la violencia y la impunidad, y rechazaron que estén impulsando la violencia para alcanzar la paz.

En la Catedral el obispo auxiliar precisó que para construir la paz se necesita de todos, pues no es tarea exclusiva de una sola persona. Foto: Carlos Mejía

Esta jornada inició ayer domingo, con la petición de que en todas las misas se hiciera memoria de los sacerdotes y religiosos asesinados, para lo que se podían colocar fotografías de ellos en los templos. Asimismo, durante todo julio se llevarán a cabo misas y oraciones comunitarias en lugares significativos donde hayan desaparecido personas o hayan ocurrido asesinatos.

El próximo 31 de julio, como signo profético, se pedirá por los victimarios y por la conversión de sus corazones.

Por ello, ayer el secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y obispo de Cuernavaca, Morelos, Ramón Castro Castro, expresó su preocupación por la creciente violencia en el país, que se ha extendido con el crimen organizado.

En la Basílica de Guadalupe, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México pidió que no nos acostumbremos a la violencia. Foto: Diego Simón.

“Por eso los pastores decimos: ‘Ya basta’. Vamos buscando alguna estrategia de seguridad más efectiva, es tiempo de escucharnos, es tiempo de que todos busquemos la paz que tanto anhelamos, y por esta jornada en todo México, para no ser aquellos personajes que dan la vuelta y se van. Atendamos al México herido, atendamos con el aceite de nuestra esperanza y fe”, expuso durante su homilía en la Catedral de Cuernavaca.

“No queremos tener en la conciencia haber sido pastores que ven la realidad y le dan la vuelta, porque tienen miedo o porque no se quieren meter en problemas. No. “Soñamos con un México en paz y por eso hemos alzado la voz con un comunicado todos los obispos, suplicando, pidiendo que haya paz. No declaramos la guerra a nadie. No queremos conflictos más de los que ya hay, estamos suplicando un diálogo para la construcción de una verdadera paz”, agregó.