El estado de Nueva York, en Estados Unidos, prohibió la venta de botes de crema batida a menores de 21 años, debido a que éstos contienen óxido nitroso que podría ser utilizado como narcótico por los jóvenes.

La ley, que fue aprobada por el Congreso el año pasado y entró en vigor el 25 de noviembre del año pasado, se empezó a aplicar apenas este lunes.

Incluye multas de 260 dólares (5 mil pesos mexicanos) para quienes vendan estas latas a los menores de edad. Las sanciones podrían llegar a los 500 dólares (10 mil pesos mexicanos) en caso de reincidencia.

Usuarios de redes sociales compartieron fotografías de las estanterías de los supermercados y tiendas de conveniencia, donde se colocaron carteles que advierten a los potenciales compradores que deberán mostrar una identificación oficial si es que quieren adquirir los botes de crema batida.

El uso prolongado del óxido de nitrógeno, conocido como gas hilarante o gas de la risa puede provocar diversos efectos en la salud. Si bien en un primer momento provoca una sensación de alegría irrefrenable, también puede producir tensión baja, desmayos, pérdida de memoria, psicosis y otros efectos dañinos.

La Asociación de Tiendas de Conveniencia de Nueva York protestó por la medida, por considerar que representa una carga adicional a las que ya tienen los tenderos. “Escuchamos constantemente cuán importantes son las pequeñas empresas para los políticos de Nueva York, pero, francamente, leyes como esta demuestran lo contrario”, aseguró en un comunicado.

Fue el senador estatal demócrata, Joseph Addabbo, quien impulsó la medida en el Congreso local, aclaró que la intención de los legisladores fue controlar la venta de cartuchos de recarga de gas que hacen funcionar este tipo de botes y que su intención no era prohibir la adquisición de crema batida por parte de los jóvenes.

Sin embargo, defendió que existía la necesidad de controlar la venta de estos botes, luego de recibir “quejas de los electores sobre botes vacíos en las calles de los vecindario”. “Los jóvenes compran e inhalan este gas para ‘drogarse’ porque creen erróneamente que es una sustancia ‘segura’”.

Por lo pronto, las tiendas colocaron carteles de advertencia, ante el temor de ser sancionadas por incumplir con la legislación.