Los defensores de derechos humanos consideraron necesario que el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) realice un nuevo censo que dé a conocer los números de población infantil trabajadora, debido a que las Asociaciones Civiles -que velan por los derechos de la niñez- registran un aumento de menores de edad que incursionan en empleos que sólo deberían desarrollar los adultos.

EN COSECHA DE CAFÉ Y TEMPORADA DE ZAFRA APROVECHAN LA MANO DE OBRA INFANTIL

Eduardo Cervantes mencionó que en Veracruz hay un promedio de 18 mil trabajadores en la industria cañera, aunque los datos son variables porque la población jornalera fluctúa de un año a otro; y se contabiliza que por cada 10 trabajadores adultos al menos 1 es menor de 15 años, en terrenos de zafra.

En cuánto a la cosecha de café, refirió que una mayor presencia de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) en las fincas de Coatepec, Teocelo, Ixhuatlán del Café y la región del centro de Veracruz.

Tan sólo en el estado de Veracruz son 82 municipios dónde se desarrolla la actividad de corte de caña y café con 80 mil productores que involucran a sus familias con menores de edad, expresó a propósito del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, celebrado cada 12 de junio.

“Si hay un mejor café en el precio del café las familias suspenden la asistencia a las escuelas para llevarlos a los campos, se aprovechan es mano de obra. Pero si a la siguiente cosecha el precio es menor, la mano de obra varia porque entonces acudirán adultos, pero no con asistencia de acompañantes menores de edad” detalló.

En el caso de caña, dijo Eduardo Cervantes, de cada 10 trabajadores al menos 1 es menor de 15 años, en terrenos de zafra, eso da un indicador de cómo se puede mover.

Detalló que la Asociación Civil, Desarrollo Autogestionario tiene sus oficinas en el municipio de Teocelo y se dedica a promover el desarrollo comunitario en comunidades cafetaleras y cañeras en la región.

Comentó que por razones de pandemia, los ayuntamientos y el gobierno del estado suspendieron actividades y programas sociales dirigidos a niños, niñas y adolescentes, por los que las poblaciones “más vulnerables quedaron desamparadas” sin los servicios de educación, salud, deportes y acceso a la justicia.

Con la pandemia hubo un incremento en el índice de abandono escolar, quiere decir que de cada grupo de estudiantes bajo esta nueva modalidad educativa tuvieron dificultades para poder adaptarse, es una población habituada a aprender de manera practica, no pudieron acomodarse por el acceso a los dispositivos y el acceso al wifi esto propicio que las familias dejaran de enviar a sus niños, niñas y adolescentes”

Lamentó que hay planteles en los que dos o tres estudiantes dejaron de asistir porque sus familias no pudieron pagar los estudios en primarias, secundarias y bachilleratos.

“Los datos hablan que alrededor de 11 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años trabajaban en el 2019 y de esos 11, son 9 los que trabajan en sectores no permitidos porque hacen actividades peligrosas por las condiciones en las que desempeñan su labor, trabajos repetitivos, exponen a entornos inseguros que pueden dañar su integridad física, psico emocional o generar accidentes o la perdida de la vida” finalizó.