¿Qué temas sí y que temas no debemos publicar los periodistas para no exponer nuestras vidas, o no ser objetos de acoso y amenazas? ¿o a qué otra cosa nos dedicamos en donde no pisemos cayos y afectemos la imagen pública de los ínclitos y distinguidísimos miembros de la delincuencia organizada, a los políticos, funcionarios o integrantes de la mafia del poder? Porque el gobierno de la República y las policías del país están más desorganizados que una fiesta de despedida de soltero.
Como nunca antes, aún en los peores tiempos del prianismo, la prensa había sufrido tantas agresiones, mas cuando desde Palacio Nacional se fustiga a diario tanto a medios como a integrantes de éstos. Sin cansancio, sin tregua. Ni qué decir que desde la Corte Suprema se cocina una manera de como violar la Constitución al querer imponer una espantosa manera de resquebrajar la débil libertad de expresión en México.
¿En qué país estamos, cual queremos, a cual aspiramos si no hay libertad en el ejercicio de la libertad de expresión? Sino quieren ver fantasmas, no salgan de noche.
