Uriel Carmona ha salido este viernes de la prisión de máxima seguridad del Altiplano tras pasar un mes y medio detenido. El fiscal de Morelos, que fue apresado el pasado 4 de agosto en una polémica jugada de la Fiscalía de Ciudad de México, ha recuperado su libertad después de que la justicia fallara cuatro veces a su favor. En todas las ocasiones, se determinó que el funcionario tenía un fuero que le protegía. Las cuatro causas judiciales siguen pendientes de resolución, pero Carmona podrá continuar con los procesos en libertad. La salida de prisión del fiscal de Morelos representa un golpe político para el Ministerio Público capitalino y la antigua Administración de Claudia Sheinbaum, con quien el fiscal se enemistó a partir de la disputa por el feminicidio de Ariadna Fernanda López, que ocurrió en la capital mexicana y cuyo cuerpo apareció sin vida en Morelos.

Un tribunal federal de Morelos había ordenado este jueves la liberación de Carmona. Pero el equipo de abogados que le defendía no estaba seguro que fuera a concretarse. Las primeras tres veces que lograron se ordenara sacarle de la cárcel, la Fiscalía capitalina volvía a retenerle con una nueva causa. Se le arrestó por primera vez en su casa, con un espectacular operativo en el que participó hasta la Secretaría de Marina. En esa primera ocasión de le acusaba de “probable participación en delitos contra la procuración y administración de justicia” en el feminicidio de López. La guerra entre Morelos y Ciudad de México comenzó en octubre pasado, cuando el cuerpo de la mujer apareció sin vida cerca de la ciudad de Tepoztlán, en Morelos. El fiscal salió al poco tiempo a dar una polémica conferencia de prensa en la que aseguró que la autopsia de la víctima establecía que había muerto por broncoaspiración, cuando una persona se asfixia con su propio vómito.

Esa rueda de prensa era la prueba principal que tenía la Fiscalía de Ciudad de México para acusarle. Las declaraciones en aquel momento desataron la bronca de Sheinbaum, que acusó al funcionario de encubrir al feminicida. Meses después, en una inédita jugada, el Ministerio Público capitalino avanzó sobre Carmona. Nunca en la historia de la justicia mexicana la Fiscalía de una entidad había detenido al fiscal de otro Estado. La discusión se centró entonces en torno al fuero que protege al funcionario. Cuando la defensa de Carmona logró ratificar su protección en un tribunal federal, y se ordenó por primera vez la liberación, la Fiscalía capitalina le volvió a ejecutar una orden de aprehensión, esta vez en la puerta del penal y por encubrir supuestamente el feminicidio.

La defensa volvió a conseguir que se eliminara la prisión preventiva por tener fuero, y lo mismo le volvió a pasar, con una tercera acusación, en la que se le achacaba feminicidio en grado de auxiliador. Cuando el tercer tribunal federal falló a su favor, le ejecutaron una cuarta orden de aprehensión. La última era por un caso de tortura ocurrido en Morelos y el pedido lo llevaba la Fiscalía estatal Anticorrupción. Se le acusaba de torturar a un delincuente de Morelos, Luis Alberto Ibarra Martínez, alias El Diablo, para que se autoincriminara dos homicidios y un feminicidio. Como casi todo el caso de Carmona, la audiencia judicial por tortura estuvo plagada de irregularidades. Anticorrupción desistió a último momento de acusarle, y los señalamientos en el tribunal local fueron retomados por la Fiscalía General de la República, algo completamente inusual. En julio pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación había resuelto además que el fuero del funcionario abarcaba delitos federales.

Carmona, que se resistió a renunciar a su cargo mientras estaba preso, tendrá que enfrentar ahora los cuatro cargos, pero podrá hacerlo en libertad. Desde que inició la disputa, el caso se volvió sumamente político. Hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador se involucró en el tema al afirmar que la detención había sido legal. “Es muy lamentable lo de la protección al procurador de Morelos, todo el Poder Judicial, porque no había encarte, aclarando de que ya no tenía fuero. Pero ¡qué influencias del procurador! Porque un juez, y otro, y otro, y otro”, dijo este viernes el presidente al ser consultado. Para todo el partido de Gobierno, el caso de Carmona ya se ha vuelto un asunto casi personal.