Canadá se ha unido este viernes a Estados Unidos en su disputa contra México por la prohibición parcial del maíz transgénico. El Ejecutivo liderado por Andrés Manuel López Obrador ha tratado de vetar el uso del maíz genéticamente modificado desde el 2020, con el argumento de proteger el maíz nativo y la salud de la población frente a los agroquímicos, una decisión que ha despertado tensiones con su vecino del norte de la frontera. “Canadá comparte la preocupación de Estados Unidos de que las medidas de México no están respaldadas científicamente y tienen el potencial de perturbar innecesariamente al comercio en el mercado norteamericano”, han apuntado desde el Gobierno canadiense a través de un comunicado.

México compra unos 3.000 millones de dólares de este cultivo a Estados Unidos cada año, por lo que la decisión de la Administración de López Obrador en 2020 desató una serie de polémicas entre ambos países. El país ha mantenido la tesis de defender la salud de sus ciudadanos, pero Estados Unidos ha pedido en varias explicaciones acerca de los fundamentos científicos en los que se basaron para tomar la decisión. En el decreto original, firmado por López Obrador el 31 de diciembre de 2020, no quedaba claro a qué tipo de maíz afectaban las restricciones. El pasado mes de febrero, y tras las constantes quejas estadounidenses, México relajó las prohibiciones y concretó que afectarían exclusivamente a su uso para el consumo humano. En el comunicado de la Secretaría de Economía, defendió que la medida no afectaría ni a las importaciones ni a las exportaciones.

Canadá ha dado un respaldo a las decisiones de Estados Unidos, que hace solo una semana solicitó consultas de “resolución” al TMEC, el tratado de libre comercio entre los tres países. “El Gobierno de Canadá está comprometido con la toma de decisiones basada en la ciencia y con la seguridad de los alimentos, los piensos y el medio ambiente, al tiempo que respalda la capacidad de nuestros agricultores, trabajadores y exportadores para tener éxito en un sector agrícola innovador y sostenible”, ha expuesto en el escrito firmado por la ministra de Comercio de Canadá, Mary Ng, y la de Agricultura, Marie-Claude Bibeau.

Las explicaciones del Ejecutivo canadiense van en la línea de los argumentos utilizados la semana pasada por Washington, cuando la Representante Comercial de EE UU, Katherine Tai, mostró las inquietudes del país: “Estados Unidos ha expresado repetidamente su preocupación de que las políticas biotecnológicas de México no se basan en la ciencia y amenazan con interrumpir las exportaciones estadounidenses a México en detrimento de los productores agrícolas, lo que a su vez puede exacerbar los desafíos de seguridad alimentaria”.