El mandatario mexicano declinó la invitación después de que Joe Biden excluyera de la Cumbre de las Américas a Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuyos gobiernos tilda de antidemocráticos. Pero con unas relaciones comerciales vitales entre los dos países y una frontera común de 3.200 kilómetros, ¿ha hecho bien Andrés Manuel López Obrador en no ir a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles?
Se lo hemos preguntado a Rafael Fernández de Castro, director del Centro estudios México-EEUU de la Universidad de San Diego en California. “Me parece que México tenía temas importantes en esta Cumbre de las Américas. Primero porque es la primera cumbre que hace Biden, presencialmente”, apunta el experto en relaciones México-Estados Unidos. “En el tema de migración, México tiene propuestas importantes. Porque en ese tema se ha convertido en un país de tránsito de migrantes de todo el mundo hacia los Estados Unidos. Es un tema multilateral. Yo creo que es innecesaria la rudeza de Andrés Manuel López Obrador con Biden, que es un ocupante de la Casa Blanca que entiende perfectamente la importancia de cooperar con sus vecinos, con Canadá y con México, y por eso sus primeras reuniones como presidente fueron efectivamente con ellos. Yo diría que ha sido muy paciente con los nacionalismos y los populismos de Andrés Manuel López Obrador”.
Efectivamente la migración es uno de los temas centrales. Estados Unidos ha anunciado en el marco de la Cumbre una inversión millonaria suplementaria de 2.000 millones de dólares, que sumados a los compromisos anteriores dan 3.200 millones, además de un pacto migratorio. “En ese sentido va a hacer falta México porque Andrés Manuel López Obrador ha sido muy claro: desarrollo de Centroamérica. Ir a la raíz del problema para evitar la migración. Nos perdemos estar en esa reunión, nos perdemos ser incluidos en ese tema, porque, aunque vaya el canciller mexicano, que es muy hábil y muy inteligente, no es lo mismo un canciller que un presidente. Me parece que perdemos una oportunidad de influir en estos temas por un tema de los intereses políticos del presidente, no por el interés nacional de México”, resume Fernández de Castro.
En la cumbre de Los Ángeles, que concluirá el viernes, se adoptarán cinco documentos sobre áreas clave: la gobernanza democrática, la salud y la resiliencia, el cambio climático y la sostenibilidad ambiental, la transición a la energía limpia y la transformación digital.
La migración queda fuera, pero el gobierno de Biden espera firmar una declaración migratoria para la que cuenta con México, pese al boicot del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario demócrata anunciará una alianza con América Latina para la prosperidad económica, en plena recuperación pospandemia y propondrá una “reforma ambiciosa” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “para abordar mejor el desafío de desarrollo de la región porque el sector privado tiene un papel central”, añadió. Estados Unidos intentará obtener una participación de capital en el BID para invertir en la rama de préstamos del sector privado y “dirigirlos hacia donde tengan el mayor impacto”.
Joe Biden también anunciará más de 300 millones de dólares en asistencia para la región en caso de inseguridad alimentaria, con la guerra en Ucrania como telón de fondo, que ha disparado los precios de algunos de los productos de la canasta familiar.