Tom Brady se retira. Esta vez “para siempre”. El mejor jugador de la historia del fútbol americano dice adiós justo un año después de que anunciase por primera vez su retirada, para dar marcha atrás en seis semanas. La leyenda de la National Football League (NFL), el mítico quarterback que ha ganado la Super Bowl siete veces y la ha jugado otras tres, cuelga las botas, según ha anunciado en un mensaje en Twitter, tras 23 temporadas en la élite que lo han convertido en uno de los mejores deportistas del mundo.
“Buenos días, chicos. Iré al grano enseguida. Me retiro. Para siempre. Sé que el proceso fue un gran problema la última vez, así que cuando me desperté esta mañana, pensé en pulsar el botón de grabación y contároslo antes, así que no me extenderé mucho. Solo se puede hacer un discurso de jubilación muy emotivo y yo agoté el mío el año pasado, así que muchas gracias a todos y cada uno de vosotros por apoyarme, a mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de equipo, a mis competidores… Podría seguir eternamente, hay demasiados. Gracias por permitirme vivir mi sueño. No cambiaría nada. Os quiero a todos”, ha dicho en un breve mensaje difundido en las redes sociales.
Brady no solo es el jugador que ha jugado y que ha ganado más Super Bowl, sino que acumula toda clase de récords personales. A sus 45 años era el jugador de más edad de una liga profesional que ha emprendido la renovación generacional. Los cuatro quarterbacks de las finales de conferencia de este año y, con ello, los dos que jugarán la Super Bowl del día 12, son veinteañeros.
El quarterback es el puesto clave en un equipo de fútbol americano. Es el que distribuye el juego, el que da los pases decisivos, el protagonista del ataque. Brady no destacaba tanto por sus capacidades físicas, sino por su lectura del fútbol americano sin igual. Sabía tomar en cada momento la decisión adecuada, si arriesgar un pase largo, ceder a un corredor o asumir él en persona el avance del equipo. Y su precisión al enviar el balón a sus compañeros era milimétrica.
Aunque ha mantenido un nivel alto hasta su retirada, esta ha sido la temporada en que ha tenido peores resultados. Los Bucaneers de Tampa Bay acabaron con ocho victorias y nueve derrotas y no fueron capaces de reengancharse a los playoffs, quedando eliminados en la repesca o wild-card por los Dallas Cowboys. Pese a ser su peor año, terminó la liga con un 66,8% de acierto en sus pases, para avanzar 4.694 yardas, el tercer mejor registro del año en toda la NFL y con un porcentaje de éxito por encima de su media histórica (64,3%).
Brady se despide con el récord de la NFL en número de pases intentados (12.050), pases completados con éxito (7.753), yardas avanzadas con pases (89.214) y en pases de touchdowns (649), entre otros. Es el único jugador que ha ganado más de cinco Super Bowls y ha sido elegido mejor jugador del partido en cinco ocasiones. Nadie ha ganado tantos encuentros como él ni en la liga regular (250) ni en los playoffs. También es uno de los pocos que ha conseguido un pase de touchdown de 99 yardas, el máximo posible, atravesando todo el campo de una vez. Tiene múltiples premios, reconocimientos y distinciones. Nadie hace sombra a su palmarés.
La gran estrella de la historia del fútbol americano fue infravalorada en sus comienzos. Tras jugar en la Universidad de Míchigan, fue elegido por los New England Patriots en la sexta ronda en el puesto 199 del draft de 2000, por detrás de otros seis quarterbacks, y en su primer año en el equipo apenas jugó. Solo participó en un partido en el que dio tres pases cortos para avanzar seis yardas. Nada que recordar.
Al año siguiente, sin embargo, el jugador se convirtió en titular de los Patriots y todo cambió. Un Brady inspirado mostró en su primera oportunidad real todo su talento. El equipo venció a los St. Louis Rams en la Super Bowl que cerró la temporada 2001. Era la primera vez que el equipo se coronaba campeón y el primer gran éxito de Brady, que abriría paso a muchos más. Con Bill Belichick como entrenador, el dúo guio a los Patriots a lograr también la Super Bowl en 2003 y 2004 y, más adelante, las de 2015, 2017 y 2019.
El momento más polémico de su carrera fue el conocido como Deflagate. La NFL sancionó al jugador con cinco partidos por estar al tanto de que su equipo había desinflado levemente el balón para ganar ventaja con ello en la final de conferencia de 2015.
Tras 20 temporadas en el equipo de Massachusetts, ficho por Tampa Bay en 2020. En las tres temporadas ha logrado meter a su equipo en las eliminatorias, algo que no lograban los Bucaneers desde 2007. Hace dos años ganó su última Super Bowl, batiendo nuevos récords y convirtiéndose también en el único jugador que la ha ganado en tres décadas diferentes.
Su retirada llega tras un año difícil en el terreno personal. Brady y la supermodelo brasileña Gisele Bündchen anunciaron su divorcio en octubre después de 13 años de matrimonio. Se rompía así la que parecía la pareja perfecta de ricos, famosos, guapos y exitosos, con dos hijos en común.
Las estimaciones sobre la fortuna del jugador hablan de unos 250 millones de dólares (unos 229 millones de euros), aunque dadas las cifras de ingresos deportivos y publicitarios que ha recibido a lo largo de su carrera podría ser mayor. El acuerdo que firmó en marzo de 2020 con los Tampa Bay Buccaneers (propiedad de la familia Glazer, también dueños del Manchester United) le reportaba 50 millones de dólares, con hasta 4,5 millones de dólares cada año en incentivos. Junto con la publicidad, Forbes calcula que solo el pasado año ganó más de 80 millones de dólares, lo que lo sitúa como el noveno deportista mejor pagado. El 10 de mayo, Fox Sports anunció que, tras su retirada como jugador, se uniría a la cadena como comentarista principal, y se manejaron cifras que hablan de 375 millones de dólares a lo largo de 10 años, lo que convertiría a Brady en el comentarista deportivo mejor pagado de la historia. Otro récord más.