Anoche en el cierre de campañas de los candidatos republicanos al Capitolio quedó claro el mensaje central cuando Donald Trump fue la estrella principal pese a que no es candidato: sus seguidores buscan la revancha ante los demócratas y van por el control del Capitolio.
El ex presidente fue a Vandalia, Ohio, para apoyar al candidato al Senado JD Vance, pero la multitud lo aclamaba a él y por lo mismo, adelantó una “primicia”.
“Voy a hacer un gran anuncio el martes 15 de noviembre en Mar-a-Lago”, su búnker de Florida, en momentos que deja entrever cada vez más su deseo de ser candidato presidencial.
Pero mientras juega con la posibilidad, ayer dejó claro que hay una avanzada republicana con muchos trumpistas, que tiene el objetivo de ser mayoría legislativa: “este es el año en que recuperaremos la Cámara de Representantes y el Senado y, los más importante, en 2024 vamos a recuperar nuestra magnífica Casa Blanca”.
Las encuestas le dan la razón pues dan como un hecho que los demócratas perderán la mayoría en la Cámara baja y señalan una dura batalla por el Senado donde a los republicanos les hace falta un asiento para dominarla. En la Cámara de Representantes, bastan cinco a seis congresistas para ser mayoría y algunos sondeos prevén hasta 25 asientos a su favor.
El descontento económico ha sido el gran lastre para la administración demócrata de Joe Biden y las elecciones legislativas intermedias son tomadas como una especie de referendo de aprobación al presidente en turno.
De acuerdo a The Washington Post, en 48 de los 50 estados del país hay candidatos trumpistas y conforman más de la mitad de todos los republicanos que se postulan para cargos estatales y del Congreso federal.
“Casi 300 republicanos que buscan esos cargos han negado o cuestionado el resultado de las últimas elecciones presidenciales”, según el diario.
La clave: “más de 170 negacionistas electorales se postulan en distritos o estados donde se espera que ganen”, refiriéndose a los que cuestionan el triunfo de Biden sobre Trump en 2020.
Esta competencia causa preocupación entre las autoridades estadunidenses y los ciudadanos que ven como una posibilidad real que las amenazas de violencia puedan detonarse.
Y es que nunca antes en la vida electoral de EU la tensión creció tanto como el proceso que se vivió hace dos años cuando Trump se negó a reconocer su derrota, lo que llevó a que sus huestes asaltaran el Capitolio el 6 de enero de 2021. Además, las amenazas contra candidatos, legisladores y funcionarios han aumentado.
El 28 de octubre un hombre entró a la casa de Nancy Pelosi en San Francisco con la intensión de atacarla aunque ella se encontraba en Washington por lo que arremetió a martillazos contra su marido, Paul Pelosi.
Democracia, “en riesgo”
Por eso, los demócratas no dejaron la oportunidad de dejar pasar el protagonismo de Trump y fue el propio Biden quien cerró del lado de los candidatos liberales.
“Sabemos en el fondo que nuestra democracia está en riesgo”, advirtió desde Maryland en el evento para apoyar a Wes Moore, candidato a la gubernatura con grandes posibilidades de ganar, será el primer afroamericano en llegar al ejecutivo local en ese estado.
Sin embargo, no pudo evitar los presagios de la prensa de EU: “Creo que ganaremos el Senado. Pienso que es más difícil con la Cámara de Representantes”, reconoció desde Washington.