El comercio mundial tuvo un año estelar en 2021, con una expansión de alrededor del 12 por ciento. Pero en este año, el crecimiento del comercio se ha desacelerado considerablemente y enfrenta una serie de obstáculos, incluidos los altos precios de las materias primas y una política monetaria más restrictiva.
Las previsiones sugieren que el crecimiento de las exportaciones mundiales se desaceleren hasta el 3.1% antes de recuperarse ligeramente en 2023, recuperación que se espera sea impulsada por el dinamismo económico de China y las mejoras en las cadenas de suministro.
La desaceleración refleja los efectos del cambio en el consumo de bienes por el de servicios, a medida que se relajan las restricciones asociadas a la pandemia.
En abril, los volúmenes del comercio mundial se desaceleraron a un ritmo de solo el 3% anual, y es probable que el crecimiento se haya desacelerado aún más desde entonces.
Entre los diversos indicadores del comercio mundial, el transporte de contenedores es el que mejor se mantiene, aunque el indicador se ha mantenido prácticamente plano en el año. Otros indicadores envían señales negativas, los volúmenes de carga aérea medidos por la IATA, descendieron 11% a tasa anual en abril, y una medida alternativa de los sistemas de BIG DATA, muestra una caída del 7% anual en mayo.
El indicador de Confianza Sentix, que tiene una asociación histórica con las tendencias comerciales, se ha desplomado a niveles asociados a las fuertes caídas en el comercio mundial y en las recesiones económicas.
Algunos de los indicadores de alta frecuencia muestran tendencias preocupantes, los precios del cobre, estrechamente relacionados con el ciclo industrial, se han desplomado en los últimos días y se encuentran lejos de su punto máximo de principios de año.
El precio de las acciones del gigante naviero Maersk, ha caído en más de 30% desde su nivel máximo de enero, las disminuciones son comparables en tamaño a las observadas a principios de 2020, cuando la crisis del coronavirus cobraba velocidad.
Un factor clave del debilitamiento del crecimiento del comercio mundial, es el fuerte aumento en los precios de la energía.
Desde marzo, nuestras previsiones de precios de referencia del petróleo han aumentado 12% para 2022 y 24% para 2023, para el gas lo han hecho en 6% y en 14%, y para los precios del carbón 37% y 28 por ciento. Estos aumentos significan presiones adicionales sobre el poder adquisitivo de los consumidores y al alza para los costos comerciales, lo que significa niveles más bajos de consumo, de inversión y del comercio mundial.
Se prevé que en 2022, los precios de las materias primas sean casi 70% más altos que en 2020, aumento comparable a los observados en 1972-1974 y 2004-2008, asociados a las fuertes contracciones del comercio mundial de 1975 y 2009.
Las recesiones comerciales se han asociado a las recesiones económicas mundiales o a períodos de muy bajo crecimiento global. En 1958, 1975, 1982, 2009 y 2020, cuando hubo recesiones comerciales y recesiones mundiales, la recesión mundial se define como la disminución generalizada del PIB mundial per cápita.
A primera vista, esto no es un buen augurio para la economía mundial, ya que los principales indicadores sugieren que los volúmenes comerciales se reducirán en el corto plazo.