Sin que se aborde de manera seria o se endurezcan las sanciones en el Legislativo, la toma de casetas por parte de grupos organizados se ha convertido en una especie de “huachicol” que ha generado pérdidas a la hacienda pública por más de 7 mil 600 millones de pesos tan solo en los dos primeros años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cifras de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT) muestran que las pérdidas económicas así como la toma de casetas muestran un claro crecimiento a partir del 2018 pero se agravó en el 2019, primer año de gobierno de López Obrador donde se registraron , 9, 998 toma de caseta de peaje siendo los casos registrados en la Dirección de operación y las gerencias de Puebla y Tijuana en los que, particularmente, creció la incidencia y pérdidas por 4 mil 866 millones de pesos en ese año.
Así lo detalla el estudio del Instituto Belisario Domínguez del Senado “Toma de casetas y elusión de peaje. Daño patrimonial para las finanzas públicas”, donde recuerda que el entonces presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes de la Cámara de Diputados en la pasada Legislatura (del 2018 al 2021), Víctor Manuel Pérez Díaz, advirtió que en promedio, grupos delincuenciales obtienen ganancias por 500 mil pesos en cinco horas por la toma de una caseta de peaje.
En casetas con mayor afluencia como la de Tlalpan, en la Ciudad de México-agregó– pueden estar por arriba del millón de pesos.
“El bloqueo de los servicios de peaje es un negocio inmenso (…) es un nuevo huachicoleo”, estableció entonces.
Al respecto, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz Leal, informó en el 2022, que “la toma de plaza de cobro de peaje en las autopistas del país ha pasado de una forma de protesta social a un modo de financiamiento que ha encontrado la delincuencia organizada, cuyas pérdidas por esa práctica, en el año 2020, ascendieron a 4 mil 121 millones de pesos”
Ante estos hechos—agrega el estudio–, se observa que los actos de cierre de casetas por manifestantes en ocasiones no corresponden a movilizaciones sociales, sino a una forma de realizar actividades ilícitas.
Aclara que en ocasiones, esas protestas en las carreteras no tienen como objetivos el cierre de las casetas u obtener dinero a cambio de dejar automovilistas. En ese sentido, las principales demandas son temas agrícolas, precio de combustibles, demandas de más seguridad, entre otros.
CRECIMIENTO EXPONENCIAL
La toma de casetas ha crecido de manera importante desde el 2015 pero se acentuó en el 2019. Del 2015 a agosto del 2020, se registraron pérdidas por 10 mil 889 millones de pesos por toma de casetas, según cifras de la SCT.
En 2015, se registraron pérdidas por 442 millones de pesos por esta causa, en 2016, 497, en 2017 mil 635, es decir un incremento de casi el 400 %.
En 2018, se incrementaron las pérdidas al registrarse 2 mil 433 millones de pesos pero en 2019 se registró casi el doble, al ubicarse en 4 mil 632 millones de pesos las pérdidas por toma de casetas. Mientras que hasta agosto de 2020, ascendió a 2 mil 750 millones de pesos.
Pero a esta situación grave para las finanzas del país, también hay que sumar la elusión de casetas en las autopistas que se ha significado como otro grave problema en ascenso.
El Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) define estos actos como “cruce de vehículo por una plaza de cobro que no paga la cuota de peaje sin contar con la autorización correspondiente”.
La Asociación Mexicana de Concesionarios de Infraestructura Vial (AMCIV) informó que en 2021, al menos 19 millones de ocasiones conductores eludieron el cobro de peaje en diversas autopistas del país, lo que dejó pérdidas a las finanzas del país por mil 500 millones de pesos.
Esta situación representa menores niveles de recaudación de impuestos y contraprestaciones para la Federación y las entidades; en un contexto de austeridad en México.
El análisis recuerda que estos incidentes provocaron que los concesionarios instalaran en algunos puntos mecanismos para reducir esos actos, tales como trampas metálicas o clavos para desinflar llantas, entre otros