Con este método se logra bloquear al virus y, sin posibilidades de infectar la célula, muere, como máximo, en horas, sin haber podido infectar ninguna célula ni reproducirse dentro del cuerpo humano, lo que haría de este fármaco un sistema mucho más efectivo que las vacunas.

Un grupo de científicos belgas ha conseguido aislar un tipo de azúcar presente en las células humanas y del que se sirve el virus de la COVID-19 para infectar al paciente, de forma que impediría a este patógeno contagiar a los seres humanos, según publicó este martes la revista Nature Communications.

Cuando el virus se acerca a una célula, comienza a crear una serie de enlaces que le permiten agarrarse a ella, mientras busca un modo de alcanzar el receptor ACE2.

“El virus no golpea inmediatamente el receptor ACE2, tiene que explorar primero la superficie de nuestras células para encontrar la cerradura”, explicó el investigador David Alsteens en declaraciones al periódico belga Le Soir.

Sin embargo, gracias a una serie de azúcares 9-O-acetilados, los científicos han conseguido agregar un segundo candado que impide al virus acceder a la cerradura que le da paso al ansiado receptor ACE2 y que, por tanto, impide la infección.