Ocho millones de menores de cinco años están en riesgo de morir por desnutrición aguda grave en 15 países afectados por el hambre. Uno de cada seis niños del mundo, más de 450 millones de niños, vive en una zona de conflicto, y un récord de 36,5 fueron desplazados de sus hogares como resultado de la violencia. Hoy hay más niños que necesitan asistencia humanitaria que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. “La mayor recaída se ha producido en los últimos años: desde 2015 hasta ahora se ha triplicado el número de niños y sus familias que precisan de ayuda humanitaria”, ha declarado el director ejecutivo de Unicef España, José María Vera, durante la presentación este lunes del Informe de Acción Humanitaria para la Infancia 2023.
Este año comenzó con un estimado de 274 millones de personas en 63 países que precisaban de asistencia humanitaria y protección. A lo largo de los meses, estas necesidades han aumentado considerablemente. La guerra en Ucrania, la creciente inseguridad alimentaria en todo el mundo, las amenazas de hambruna masiva en el Cuerno de África, las devastadoras inundaciones en Pakistán, o el resurgimiento de brotes de enfermedades como el cólera y el sarampión, son solo algunas de las causas de este aumento, a las que se suma el cambio climático. Las perspectivas no son mejores para 2023. De hecho, las necesidades seguirán creciendo: el año que viene, advirtió el jueves pasado la ONU, un récord de 339 millones de personas, 65 millones más que en 2022, necesitarán ayuda humanitaria.
“El año que viene, advirtió el jueves pasado la ONU, un récord de 339 millones de personas, 65 millones más que en 2022, necesitarán ayuda humanitaria”
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ha lanzado este lunes su mayor llamamiento de fondos de la historia: 10.300 millones de dólares (9.786 millones de euros) para llegar a más de 110 millones de niños, incluidos 54 millones de niñas y 10 millones de niños y niñas con discapacidad, con ayuda humanitaria en 155 países y territorios. “La situación se ha deteriorado, sobre todo, en Afganistán, Ucrania, Siria, República Democrática del Congo (RDC) y Etiopía”, ha detallado Vera.
Más vulnerables al clima
Los últimos 10 años fueron los más calurosos registrados y la cantidad de desastres relacionados con el clima se ha triplicado en los últimos 30 años. Hoy, 400 millones de niños carecen de agua suficiente para cubrir sus necesidades diarias. Así, la emergencia climática, reza el informe, está dando lugar a una crisis de los derechos del niño. A su vez, esto ha suscitado otras crisis y hace peligrar la supervivencia de los menores, más vulnerables que los adultos a las alteraciones climáticas y ambientales.
“El cambio climático está intensificando las desigualdades en todo el mundo, lo que provoca nuevas oleadas de conflictos, desplazamientos y enfermedades”, ha confirmado Vera. Los efectos de los peligros climáticos persisten mucho después de que haya pasado el ‘evento’ climático. Este año, por ejemplo, las inundaciones han contribuido al aumento de la propagación de las principales causas de muerte infantil, como la desnutrición, la malaria, el cólera y la diarrea.
Los conflictos agravan las necesidades humanitarias
De acuerdo con la ONU, los conflictos causan muertes, desplazan a las familias y representan el 80% de todas las necesidades en ayuda humanitaria, por lo que estas están aumentando en decenas de países, desde Yemen a Somalia, pasando por Afganistán y RDC. A menudo, señala el informe de Unicef, “las amenazas a las que se enfrentan los niños están interconectadas y se refuerzan”. Un niño en el Sahel, por ejemplo, podría estar enfrentando desnutrición aguda debido tanto al desplazamiento relacionado con el conflicto como a la severa sequía vinculada con el cambio climático. Al mismo tiempo, enfatiza, “las emergencias humanitarias no están limitadas por fronteras nacionales”, pues los brotes de enfermedades se están propagando de un país a otro a un ritmo “peligroso” y los conflictos y las crisis en una parte del mundo pueden afectar la vida de los niños “a miles de kilómetros de distancia”.
“En todo el mundo, las partes en conflicto están incumpliendo una de las reglas más básicas de la guerra: proteger a los niños”, ha lamentado Joana Pérez, asesora regional de Unicef en Oriente Medio y Norte de África. “Los conflictos están interrumpiendo el acceso a las necesidades vitales, como alimentos y agua, y están empujando a las personas a la pobreza extrema. Además, llegar a estas personas, que requieren asistencia, se ha vuelto muy difícil, pues la violencia contra los trabajadores y activos humanitarios se ha intensificado”, ha añadido.
Cifra récord de desplazamientos infantiles
Más niños que nunca están cruzando las fronteras huyendo de la violencia, los conflictos y otras crisis, con sus familias o separados de ellas, incluso solos. En total, casi 37 millones están desplazados, el mayor número registrado desde la Segunda Guerra Mundial. “Y este número ni siquiera incluye a aquellos niños desplazados por la pobreza o el cambio climático o por la búsqueda de una vida mejor. Tampoco incluye a los niños desplazados en 2022 debido a la guerra en Ucrania”, apunta el informe de Unicef. “Muchos niños desplazados viven en el limbo, sin estatus migratorio oficial ni acceso a educación y atención médica. Y demasiados enfrentan peligros, detención, privaciones y discriminación en sus viajes, en su destino o al regresar a casa”, señala el estudio.