El explorador francés, Paul-Henri Nargeolet, de 77 años, uno de los cinco pasajeros que perdió la vida en la implosión del sumergible Titan cuando se dirigir a explorar los restos del Titanic, pasó décadas trabajando para RMS Titanic Inc, la controvertida empresa que recuperó miles de objetos del trasatlántico británico hundido en 1912.
Nargeolet, quien pasó más de dos décadas en la Armada francesa e incluso llegó a ser comandante, se jubiló en 1986 y se convirtió en un experto en el naufragio, tanto que acabó ganándose el apodo de ‘Mr. Titanic’, no solo por lo mucho que le apasionaba la historia de este malogrado gigante de los mares, sino porque antes de morir a bordo del submarino había realizado cerca de 30 inmersiones a los restos del barco. “Si estás a 11 metros o 11 km hacia abajo, si sucede algo malo, el resultado es el mismo” ha afirmado en alguna ocasión este marinero francés. “Cuando estás en aguas muy profundas, estás muerto antes de darte cuenta de que algo está pasando, así que simplemente no es un problema” añadía el aventurero.
Paul-Henri dirigió varias expediciones para RMS Titanic Inc desde 1987 a 2004 en las que ayudó a recuperar más de 5.000 objetos pertenecientes al Titanic, entre los que incluye ropa piezas de diferentes vajillas, adornos y joyas, entre las que destaca un anillo de oro de 18 quilates y diamantes, exclusivos collares y pendientes.
Sin embargo, la labor de Nargeolet no ha estado exenta de polémica ya que aunque la compañía defendía que estaba “dedicada a preservar el legado del barco para la verificación histórica, la educación científica y la conciencia pública’ hay quienes los han acusado de lo han acusado de ‘robar y saquear’ e intentar lucrarse de los restos del naufragio.
El desaparecido explorador francés, quien llegó incluso a levantar una sección de 20 toneladas del casco del barco para su análisis.y a quienes hoy sus familiares y amigos lloran sin consuelo, vivía actualmente en Connecticut y estuvo casado con la presentadora de noticias estadounidense Michelle Marsh, fallecida en 2017 a los 63 años. Sus hijos residen en Cork, Irlanda.