El alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, aseguró que el colapso del puente colgante de este martes, el cual dejó a siete personas heridas, estuvo antecedido de la imprudencia de algunos asistentes que brincaban mientras la comitiva lo transitaba.
En entrevista posterior a los hechos en el denominado Paseo Ribereño, al interior de la barranca de Amalio, el alcalde calificó de una imprudencia que algunos de los presentes comenzaran a brincar, porque ello derivó en la caída del puente.
En un video difundido en redes sociales sobre el hecho se observa que un hombre vestido de negro es el que comienza a brincar y, al parecer, es donde el puente se rompe. El hombre ha sido identificado como el ayudante municipal de Amatitlán, Rodrigo Quintana.
Este martes, el alcalde José Luis Urióstegui Salgado, acompañado de su esposa, regidores y funcionarios municipales, reinauguraban el atractivo turístico El Paseo Ribereño, consistente en pasillo, escaleras y plazoletas al interior de la barranca, cuando ocurrió la caída del puente, que dejó varios heridos, la mayoría con golpes y fracturas.
Uriostegui Salgado dijo que independientemente de quién o qué compañía realizó el mantenimiento del puente caído, aseguró que la acción de brincar sobre el puente fue irresponsable, que ahora causó dolor a varias personas y pudo haber derivado en una tragedia. Exceso de peso Por otra parte, MILENIO conversó con ingenieros civiles organizados que acudieron al lugar de los hechos para iniciar la evaluación del desplome del puente.
Aunque no quisieron ser identificados, aseguraron que independientemente del estado del puente, o si tuvo o no mantenimiento, la estructura no tenía la capacidad para soportar tantas personas sobre él, al mismo tiempo.
Descartaron que sólo el brinco de una persona sobre el puente fuera suficiente para hacerlo colapsar; se trató, más bien, del peso conjunto de más de 20 personas, afirmaron.