El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló la mañana de este martes que cambió de opinión respecto al uso de militares en tareas de seguridad pública por tratarse de un problema grave, tras las criticas que han recibido unas reformas legales del partido gubernamental que colocan a la Guardia Nacional (GN) bajo el control del Ejército.
Cuando era oposición, López Obrador fue muy crítico de sus dos antecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por recurrir a los soldados para enfrentar a los grupos criminales en las calles, en medio de denuncias de abusos y violaciones a los derechos humanos.
“Cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron”, afirmó AMLO, al ser consultado por una periodista sobre su antigua promesa de hacer regresar a los militares a los cuarteles en seis meses, en caso de ser elegido en las urnas.
El presidente dijo estar convencido de que “la paz es fruto de la justicia” y aseguró que para combatir la inseguridad está dando trabajo a la gente y luchando contra la corrupción y la impunidad, pero justificó su política de seguridad porque debía sustituir a la extinta Policía Federal, que afirmó estaba plagada de vicios.
La Cámara de Diputados aprobó el sábado, de manera expedita, una iniciativa del mandatario para que la Guardia Nacional pase a manos de la Secretaría de Defensa (Sedena) y este martes el Senado, de mayoría oficialista, podría refrendar las reformas legales, tildadas de inconstitucionales por los expertos.
Activistas y opositores han criticado a la militarizada Guardia Nacional por supuestas violaciones a los derechos humanos durante sus operativos para contener la migración a través del país, entre otras acusaciones.
López Obrador ha alardeado de haber bajado la cifra mensual de homicidios dolosos por primera vez en varios mandatos, pero eso no va a evitar que su sexenio (2018-2024) se convierta en la gestión presidencial con la mayor cantidad de esos crímenes de la historia del país, desde que se tienen datos.