avier Campos y Joaquín Mora eran dos sacerdotes jesuitas que desempeñaban labores sociales, defendían la cultura local y abogaban por los servicios básicos en Cerocahui, un pueblo en el estado de Chihuahua en el que el narcotráfico cada vez va ganando más control. Fueron asesinados el pasado lunes 20 de junio en una iglesia junto a un guía turístico que buscaba refugio en el templo mientras estaba siendo perseguido por una persona armada.
El asesinato de dos sacerdotes y un guía turístico en la pequeña iglesia de la plaza del pueblo de Cerocahui conmocionó al mundo.
Los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, de 79 y 80 años respectivamente, y un guía turístico al que intentaron proteger de un jefe criminal local, fueron asesinados a tiros en la pequeña iglesia de la plaza del pueblo de Cerocahui, en el estado de Chihuahua, México, el pasado lunes.
No existen pruebas de amenazas contra ninguno de los dos sacerdotes de momento, aunque los locales eran conscientes de los riesgos existentes en este estado mexicano, principalmente por el aumento del narcotráfico.
¿Quiénes eran Javier Campos y Joaquín Mora?
Javier Campos Morales, alias ‘El Gallo’, era un sacerdote mexicano que sirvió por 34 años como Superior de la Misión Jesuita en la comunidad de Cerocahui.
Por su parte, el sacerdote Joaquín César Mora Salazar, alias ‘El Morita’, fungió como Vicario Cooperador en ese mismo pueblo durante 23 años y medio.
Ambos hombres se integraron en sus comunidades de indígenas tarahumaras, también conocida como rarámuri, realizando labores sociales, defendiendo la cultura local y abogando por los servicios básicos, incluida la educación.
Durante los últimos 20 años, fueron testigos de cómo los cárteles de la droga estrecharon su control sobre la región, llenando las montañas de adormidera, la planta de la cual se extrae el opio y marihuana.
Según algunos sacerdotes, Campos y Mora se convirtieron en autoridad moral para equilibrar la enorme influencia de los narcotraficantes en Cerocahui.
Desafortunadamente, el día 20 de junio de 2022 fueron asesinados junto con Pedro Eliodoro Palma, quien se dedicaba a realizar recorridos turísticos en la Sierra Tarahumara.
Para Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos en la Virginia Commonwealth University, Campos y Mora “son las últimas víctimas en un país que se ha convertido en uno de los más peligrosos del mundo para el clero católico, sobre todo debido a la violencia endémica del narcotráfico”.
Durante el último medio siglo, los jesuitas han sido conocidos como defensores de los derechos humanos y promotores de la justicia social.