Halloween se ha convertido en una celebración cada vez más multitudinaria en países como Japón y Corea del Sur, donde este fin de semana terminó en tragedia, mientras que en otras partes de Asia, como Filipinas, millones de personas honrarán a sus antepasados en un festivo y florido homenaje al Día de los Muertos.
En los últimos años, y con el paréntesis de la pandemia, la gran afluencia de jóvenes disfrazados a las zonas de ocio nocturno de Tokio y Seúl ha generado crecientes desafíos de seguridad, como ha puesto de manifiesto la avalancha que dejó el sábado más de 150 muertos en la capital surcoreana.
Todo lo contrario ocurrió en el barrio de Itaewon de Seúl, adonde acudieron más de 100.000 personas el pasado sábado para celebrar una fiesta que se tornó en pesadilla al quedar atrapadas centenares de ellas en un estrecho y empinado callejón, lo que dejó numerosas víctimas mortales por asfixia y lesiones.
La opinión pública surcoreana se pregunta sobre la falta de previsión en una ciudad acostumbrada a manejar de manera eficiente manifestaciones multitudinarias, mientras que el Gobierno ha afirmado que la tragedia no se podría haber evitado con un mayor despliegue en la zona de policía y de bomberos.
Según testigos citados por medios surcoreanos, una caída colectiva se produjo en lo alto de la pendiente. Esto provocó un empujón en cadena donde decenas de personas fueron aplastadas.
Imágenes compartidas en redes sociales muestran a un gran número de personas atrapadas en el callejón al tiempo que los equipos de emergencia intentaban evacuar a algunas de ellas.
Un rumor pudo provocar la estampida en Seúl
Algunas fuentes informan que la multitud se congregó cerca del Hotel Hamilton debido a que circularon rumores de que una celebridad no identificada llegaría a Itaewon.
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ordenó el envío de equipos de primeros auxilios al lugar. También pidió que los hospitales se prepararan para recibir a las personas heridas, según fuentes presidenciales.