Rusia lanzó el lunes una oleada de bombardeos coordinados y mortales contra varias ciudades de Ucrania, incluida la capital, Kiev, en represalia por una explosión que destruyó parcialmente el estratégico puente de Crimea. La mayor campaña de ataques en toda Ucrania en meses, que dejó al menos diez muertos, coincidió con una reunión del Consejo de Seguridad del presidente ruso Vladimir Putin, convocada tras la explosión en el puente de Kerch.
El ejército ucraniano afirmó que las fuerzas rusas habían disparado 75 misiles sobre ciudades de todo el país, en una serie de ataques que incluyó el uso de drones iraníes lanzados desde Bielorrusia. El último bombardeo contra la capital ucraniana se remonta a finales de junio. “Se llevaron a cabo ataques masivos con armas de alta precisión de largo alcance contra la infraestructura energética, militar y de comunicaciones de Ucrania”, dijo Putin al inicio del Consejo de Seguridad, según imágenes difundidas por televisión.
Más tarde dijo que los ataques a Ucrania eran una represalia por los actos “terroristas” de Kiev, como un ataque el fin de semana pasado a un importante puente entre Rusia y la anexionada Península de Crimea. El jefe del Kremlin prometió respuestas “severas” en caso de nuevos ataques.
Paralelamente, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, estrecho aliado de Putin, acusó a Ucrania de preparar un ataque contra su país, por lo que anunció el despliegue de tropas conjuntas con Rusia.