El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha solidarizado este miércoles con el expresidente de Estados Unidos. Donald Trump está pasando por uno de los momentos más difíciles de su carrera política. Este martes fue imputado por el juez del Supremo de Nueva York, que le acusó de 34 cargos por falsificación de registro contables derivados de sus esfuerzos por comprar el silencio de varias personas antes y después de las elecciones de 2016. López Obrador ve similitudes entre lo que le sucedió a él y lo que le está sucediendo a Trump en el presente.
“Reitero y mantengo mi postura de que no debe utilizarse lo jurídico, los asuntos supuestamente legales, con propósitos políticos electorales. Por eso no estoy de acuerdo con lo que le están haciendo”, aseguraba el presidente de México esta mañana, recurriendo a la misma versión de Trump. Estos últimos días, el expresidente estadounidense se ha dedicado, sin aportar ninguna prueba, a exponer la supuesta parcialidad del juez y los fiscales que están a cargo de su imputación. “El único delito que he cometido ha sido defender a nuestro país de quienes intentan destruirlo”, dijo a sus partidarios de vuelta en su casa de Florida, donde reside desde que dejó la presidencia.
Pese a las críticas que ha recibido por sus palabras en defensa de Trump, López Obrador asegura que se siente identificado porque ya pasó por lo mismo. “Es que yo ya lo padecí, que me desaforaron porque no querían que yo apareciera en la boleta como candidato a la presidencia, ese era el fondo de todo”, ha dicho. El presidente se remonta a un caso que tuvo lugar entre los años 2004 y 2005, cuando él era Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Entonces fue sometido a un juicio de desafuero, por desacatar una resolución judicial y violar un amparo dictado por un juez en favor del predio El Encino. López Obrador siempre ha utilizado este evento para acusar la corrupción política de la que fue víctima.
“Que el pueblo decida”, defiende el presidente por encima de todo. “No hay que tenerle miedo al pueblo, hay que tenerle confianza. No hay que impedirle a nadie que participe”, ha aseverado al final de la conferencia de prensa que pronuncia en Palacio Nacional cada mañana. López Obrador no sabe si Trump cometió algún delito, pero asegura que eso no le corresponde y que lo que está sucediendo es una “degradación de la seriedad que deben tener las leyes, el respeto que se tiene que tener por la legalidad, no utilizar las leyes, no fabricar delitos para afectar adversarios”.
El caso al que tanto se refiere el presidente comenzó en el año 2000, cuando la entonces jefa de Gobierno Rosario Robles, expropió algunos terrenos en Santa Fe, con el fin de crear vías de comunicación y otros servicios. Sin embargo, el propietario del terreno El Encino se amparó, alegando que se estaban vulnerando sus derechos. Las obras continuaron cuando ya estaba López Obrador, que gobernó la ciudad entre el 2000 y el 2005. En 2003, un juez ordenó la cancelación de la obra y pidió a la Procuraduría General de la República (antigua Fiscalía General) que atrajera el caos para pedir el desafuero de López Obrador.
Esto originó el escándalo que el mandatario todavía utiliza para hacer política. En aquel momento y para defenderse del ataque que el decía estar sufriendo, López Obrador convocó a una marcha el 24 de abril del 2005 en la que 1,2 millones de personas caminaron las calles de la capital del país al grito de “No al desafuero de López Obrador”. Tres días después, el procurador Rafael Macedo de la Concha y el cuatro de mayo la PGR determinó no ejercer acción penal en contra del mandatario. El caso consiguió atraer mucha atención mediática que López Obrador supo utilizar a su favor. Poco después de que se zanjara el tema del desafuero, el ahora presidente emprendió un recorrido por el país en el que sería su primer intento de acceder a la Presidencia de la República.
Por muy identificado que se sienta López Obrador, el caso de Donald Trump es muy diferente al suyo. Solo se parecen en el potencial que tiene de aupar en las encuestas al acusado, que ya se ha presentado como una víctima ante la opinión pública del ala republicana. El caso de Donald Trump gira en torno a un pago de 130.000 dólares que su abogado de en aquellos momentos le hizo en 2016 al abogado de la actriz porno Stormy Daniels. Con ese dinero estaba comprando su silencio sobre la supuesta relación extramatrimonial que Trump mantuvo con la actriz. De momento, las encuestas ya han puesto al expresidente por encima de Ron de Santis, su contrincante más directo de cara a las elecciones de 2024.