“Yo podría tener implantado un dispositivo en este momento y ni siquiera lo sabrían”. Elon Musk presentó el miércoles los últimos avances de su compañía Neuralink, que fabrica chips para ser implantados en el cerebro y que, según aseguró, en 2023 podría hacer su primera prueba con humanos. La broma sacó risas entre los presentes. “Hipotéticamente, podría ser una de esas muestras de prueba”, añadió a medio camino entre la guasa y lo serio. El hombre que en las últimas semanas ha enfurecido a la izquierda estadounidense, ha tenido un breve enfrentamiento con Apple y puesto patas arribas Twitter, ha dejado por unas horas su papel de provocador para ponerse la máscara de emprendedor visionario volcado en los avances tecnológicos.
En 2021, Neuralink publicó un vídeo de un mono jugando al Pong, el videojuego de la consola Atari, que copiaba la dinámica del pimpón. Convertido en una sensación viral con más de seis millones de reproducciones, la novedad no era solamente que el primate, llamado Pager, interactuara con el juego, sino que controlaba los mandos con la mirada. Estaba jugando con su cerebro. El equipo de la compañía de Musk le había implantado dos chips a ambos lados de la cabeza seis meses antes. “Primero lo entrenamos para jugar con un mando, pero después se lo quitamos y le insertamos el Neuralink”, explicó Musk.
Musk ha dicho que han trabajado muy duro, pero que están por fin listos para comenzar a hacer pruebas con humanos. “Obviamente, queremos ser extremadamente cuidadosos y estar seguros de que va a funcionar antes de ponerlo dentro de un humano”, aseguró. El empresario ha informado de que ya han cumplido con el papeleo necesario ante la FDA (Food and Drug Administration), el organismo encargado de aprobar el uso de medicamentos, productos y procedimientos quirúrgicos para el público. “Pienso que probablemente en seis meses podremos poner nuestro primer Neuralink en un humano”, adelantó Musk ante el aplauso de los presentes. La conferencia fue seguida por decenas de miles de personas en el mundo.
Fue precisamente en Twitter donde alguien preguntó a Musk sobre las consecuencias que tendría insertar en el cerebro humano un chip, que tiene el tamaño de una moneda de 25 centavos estadounidense. “Una vez que estás allí dentro, hay muchas cosas que puedes hacer, mucho monitoreo de la salud”, respondió Musk. “Podrías medir la temperatura del cuerpo para detectar de una forma temprana una fiebre… detectar una apoplejía desde el primer momento porque verías los impulsos eléctricos del cerebro, algo así como un cortocircuito”, añadió.
Musk, no obstante, cree que el primer beneficio del implante Neuralink será restaurar la visión. “Incluso en los casos de la gente que no ha podido ver nunca, que nació siendo ciega, pensamos que podemos restaurarles la visión porque el córtex visual sigue allí. Estamos seguros de que podríamos hacerlos ver”, señaló. Los expertos médicos, sin embargo, toman este tipo de aseveraciones con distancia y bastante sana incredulidad.
Las imágenes de Pager cobraron importancia el miércoles, cuando Neuralink dedicó una extensa y técnica presentación a hablar de los avances logrados en los últimos meses. Se habló desde la evolución del robot que inserta el chip en el cerebro, conocido como Link o R1 (que fue presentado en 2020), hasta de la depuración de las agujas de tungsteno, cuyo tiempo de producción se ha reducido drásticamente, apuntando a una futura producción en serie.
La empresa cuenta con el beneplácito del Instituto de Neurociencia de Stanford, que aseguró el miércoles que han logrado comunicar de forma exitosa la actividad cerebral de dos monos con una computadora, a través de las señales de Bluetooth. Imágenes de estos macacos mostraron que escribían con un teclado de forma telepática, sin utilizar sus extremidades. En realidad, solo estaban moviendo el cursor de un ratón sobre las letras, pero tenían la capacidad de hacerlo a través de ondas cerebrales. “Esto podría ser de utilidad para los parapléjicos, quienes podrían controlar el ratón o un teléfono”, aventuró el emprendedor.
El equipo logró que los simios concentraran la atención en la pantalla sin distracciones, dándoles un batido de plátano que los mantenía succionando mientras su miraba permanecía clavada en la pantalla, como los humanos con sus móviles. “Ya somos cíborgs de alguna forma, ya que los ordenadores y los teléfonos son extensiones de uno mismo”, dijo Musk.
En los próximos meses, este primer grupo de prueba con primates será extendido a seis monos, con Pager recibiendo actualizaciones. Musk aseguró que la tecnología del semiconductor, que tiene mil canales para grabar información sobre la estimulación, dura “mucho tiempo sin tener degradación”. Una correcta y constante actualización es la que permite tener acceso a las nuevas funciones. Fue esta actualización la que permitió a Pager emplear el teclado. Antes de probar la tecnología en monos, la compañía hizo experimentos en ovejas y cerdos.
Uno de los vídeos muestra el breve proceso con el que el robot de la empresa introduce el semiconductor en la altura de la mollera. Lo hace a través de un rápido pinchazo de milésimas de segundo. Después de esto, sin embargo, viene un proceso donde se inserta el cableado que permite la transmisión a los receptores externos. Se trata de delgados cables, cuyo grosor no supera el de un pelo. En el primer producto fueron colocados 64 de estos cables en unos 15 minutos. El pinchazo es tan suave, que el equipo de la empresa aseguró que este procedimiento no sería capaz de dañar una uva.