Delitos de alto impacto como el homicidio doloso, extorsión, lesiones dolosas, el robo en general y la violación, se han incrementado en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, en comparación con los datos del gobierno pasado de Enrique Peña Nieto; mientras que los asesinatos duplican las cifras del periodo de Felipe Calderón Hinojosa.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre diciembre de 2018 —fecha del inicio de gobierno de López Obrador— y mayo de este año, a nivel nacional se contabilizan 99,784 carpetas de investigación por homicidios dolosos, lo cual representa un 66.4% más que los 59,938 casos registrados en el mismo periodo, pero durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (diciembre del 2012 a mayo del 2016).
Mientras que al comparar las cifras de asesinatos con el mismo periodo de gobierno de Felipe Calderón (diciembre de 2006 a mayo de 2010), el porcentaje se eleva en un 105.4%, pues en dicha administración, para entonces se contabilizan 48,580 carpetas de investigación por el delito de homicidio culposo.
Caso similar con las extorsiones, ya que en esta administración han crecido 33.2% y 68.4% en comparación los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, respectivamente. Hasta mayo pasado, a nivel nacional en el mandato de López Obrador se han registrado 30,426 investigaciones por extorsión.
En el caso de las violaciones, los datos de este gobierno dan cuenta de al menos 65,899 carpetas de investigación por hechos relacionados con este ilícito; 47% y 31% más que las contabilizadas en los mandatos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, respectivamente.
Asimismo, los delitos de lesiones dolosas y el robo en todas sus modalidades también se han incrementado durante la actual administración en comparación con el gobierno pasado, sin embargo, mantienen una ligera disminución con relación a los registros de Felipe Calderón.
Los datos indican que, entre diciembre de 2018 y mayo de 2022, existen 546,838 investigaciones por el delito de lesiones dolosas, 7.8% más que un periodo similar del gobierno de Enrique Peña Nieto y 15% menos que lo registrado con Felipe Calderón, cuando para mayo de 2010 sumaban 647,804 de estos ilícitos.
En tanto, todos los robos ya suman 2 millones 294,669 carpetas de investigación en lo que va del gobierno actual; 0.5% más que la administración de Enrique Peña Nieto y 0.1% menos que los datos del mandato de Felipe Calderón, ya que durante periodos similares de los sexenios pasados se cometieron 2 millones 297,652 de robos con Calderón Hinojosa y otros 2 millones 281,988, pero con Peña Nieto.
Sin avances
El doctor Rodrigo Peña, sociólogo político especializado en legitimidad, delincuencia y gobernanza criminal, consideró que la estrategia en términos de “abrazos no balazos”, lo que supone en realidad es un esfuerzo de presencia territorial espontáneo y contingente en territorio conflictivos, la cual se va desvaneciendo en la medida que son varias zonas del país las que están necesitando ayuda.
Y es que señaló que dicha estrategia, al no estar desarrollada con el apoyo de instituciones policiacas o de impartición de justicia, lo que promete es un escenario de impunidad.
El también director Ejecutivo del Seminario sobre Violencia y Paz de El Colegio de México, añadió que aunque no hay grandes cambios en la implementación de las estrategias de seguridad entre los gobiernos de Calderón, Peña Nieto y López Obrador, sí se puede observar una narrativa diferente de cómo expresan, desde su perspectiva, lo que ocurre en el país en materia de violencia.
En tanto, Irene Tello Arista, directora ejecutiva de Impunidad Cero, consideró que los altos índices delictivos son resultado de las estrategias fallidas en materia de seguridad de al menos tres gobiernos.
“Actualmente parece que no hay estrategia, se intentó la creación de la Guardia Nacional, y centralizar la estrategia de seguridad, y así evitar la confrontación directa con ciertos grupos delictivos, pensando que las cifras iban a bajar”, subrayó.
Tello sostuvo que una idea que forma parte de la actual estrategia va en el camino de que las personas vinculadas al tráfico de drogas sólo se dedican a eso y no tomó en cuenta que el crimen organizado en México ha evolucionado y no sólo se dedican al tráfico de drogas, sino a delitos como la extorsión, la tala ilegal, la siembra, el tráfico de personas, etcétera.