Joe Biden quiere ser presidente de Estados Unidos hasta los 86 años. Ese secreto a voces es ya un anuncio oficial. Biden ha proclamado este martes a través de un vídeo de tres minutos, bajo el título Let’s Finish the Job (Acabemos el trabajo) que se presentará a la reelección el 5 de noviembre de 2024. El anuncio, en el que llama a defender la libertad y la democracia frente al intento de los extremistas de cercenarlas ―identifica a estos radicales con la corriente trumpista MAGA, Make America First Again (Hagamos que América vuelva a ser grande)―, ha llegado el 25 de abril, el mismo día en que hace cuatro años entró en la carrera por la nominación del Partido Demócrata para desalojar a Donald Trump de la Casa Blanca. En la campaña de 2020 recitó su poema favorito del irlandés Seamus Heaney, en el que “la esperanza y la historia riman”. Ahora, la historia rima consigo misma y la hipótesis más probable es que Biden se enfrente de nuevo a Trump.
Con imágenes del asalto al Capitolio, Biden empieza su mensaje apelando a la “libertad”. “Ese ha sido el trabajo de mi primer mandato: luchar por nuestra democracia, proteger nuestros derechos, asegurarnos de que todo el mundo en este país recibe el mismo trato y de que todo el mundo tiene una oportunidad justa”, explica con imágenes de su actividad y de la vicepresidenta, Kamala Harris, que repite como pareja electoral, para pasar de nuevo al ataque.
“Por todo el país, los extremistas MAGA se están alineando para acabar con esas libertades fundamentales, recortando la Seguridad Social, que pagas durante toda tu vida, recortando los impuestos de los más ricos, dictando qué decisiones sanitarias pueden tomar las mujeres, prohibiendo libros y diciéndole a la gente a quién puede amar, todo ello mientras hacen más difícil que puedas votar”, proclama. En el vídeo vuelven las imágenes del asalto al Capitolio, las protestas en favor del aborto y las fotografías de algunos de los republicanos más extremistas: Donald Trump, Ron DeSantis y Marjorie Taylor Greene.
Biden se ha dado este martes un baño de masas en un hotel de Washington en un congreso sindical, en el primer acto público posterior al anuncio. “¡Cuatro años más! ¡Cuatro años más!”, coreaban los asistentes en pie después de que se proclamase el presidente más sindicalista de la historia de Estados Unidos. “No voy a pedir perdón por ello, estoy orgulloso”. Ante un auditorio entregado y mayoritariamente masculino, Biden ha dejado claro que va a sacar a pasear los logros de la primera mitad de su mandato desde su cargo.
El presidente llevaba meses avisando de que su plan era presentarse a la reelección, pero sin dar el paso oficialmente. Con los presidentes en ejercicio se da prácticamente por descontado que concurrirán de nuevo, pero en el caso de Biden, que cumplirá 82 años poco después de las elecciones de 2024, la duda era razonable. La mayoría de los estadounidenses, e incluso de los votantes demócratas, creen que no debería optar a un segundo mandato, según las encuestas.
En los peores momentos de su presidencia, con la popularidad por los suelos por la inflación, la caótica retirada de Afganistán, la delincuencia y la presión migratoria, muchos demócratas pensaban que era mejor que se apartase. Sin embargo, Biden supo manejar la campaña de las elecciones de mitad de su mandato y los demócratas lograron el mejor resultado en 20 años para el partido del inquilino de la Casa Blanca. Las dudas se disiparon.
Más allá de anuncios oficiales, Biden siempre ha insistido en que su plan era optar a la reelección. Con eso disuadía a potenciales rivales de su partido a hacerlo. A diferencia de 2020, el camino de las primarias está expedito para el presidente. No hay rivales de peso y los demócratas han cerrado filas con él. Sí ha anunciado su candidatura el activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr., de 69 años, cuyo principal activo es el apellido de su padre, senador por Nueva York, fiscal general de Estados Unidos y candidato presidencial Robert F. Kennedy, asesinado en 1968, y de su tío, el presidente John F. Kennedy, asesinado cinco años antes. También lo ha hecho Marianne Williamson, cuya presencia es igualmente anecdótica.
Por si la falta de rivales de peso fuera poco, el Partido Demócrata ha redibujado el calendario de primarias a medida de Biden. Comenzarán el 3 de febrero en Carolina del Sur, el primer Estado donde Biden ganó en 2020, tras sus derrotas en Iowa y New Hampshire. Seguirán New Hampshire y Nevada el 6 de febrero; Georgia, el 13 de febrero, y Michigan el 27 de febrero. La convención demócrata que debería proclamar su candidatura a las presidenciales está prevista para los días 19 a 22 de agosto de 2024 en Chicago.
La pareja electoral de Biden vuelve a ser Kamala Harris, la vicepresidenta. Es lo habitual repetir y aunque Harris no es muy popular, complementa al presidente. Ella aparece en numerosas escenas del vídeo de lanzamiento, que concluye con el logo: Biden Harris. La página web de la campaña de Biden lo dice expresamente: “Ya es oficial: Joe Biden y Kamala Harris se presentan a la reelección”.
Biden ha puesto al frente de su campaña a Julie Chavez Rodríguez, la latina con más responsabilidad en el ala oeste de la Casa Blanca y muy cercana a la vicepresidenta. Si como cabe esperar Biden logra la nominación demócrata y ella sigue en su nuevo puesto, la nieta del histórico líder sindicalista y de derechos civiles César Chávez se convertiría en la primera latina en dirigir una campaña presidencial.
El presidente apeló en el último discurso sobre el estado de la Unión, en febrero, a la necesidad de “terminar el trabajo”, algo que se podía interpretar como una invitación al Congreso para aprovechar la segunda mitad de su mandato, pero también como un anuncio subliminal sobre su voluntad de volver a presentarse, como ahora ha confirmado el vídeo.
“¡Acabemos el trabajo!”, le ha dicho también a los sindicalistas del sector de la construcción reunidos hoy en el hotel Washington Hilton. “Con mi predecesor, la Semana de las Infraestructuras era un chiste. Bajo mi mandato, estamos convirtiendo la Década de las Infraestructuras en un titular. Ahí es donde entran ustedes. Ya hemos anunciado más de 25.000 proyectos de infraestructuras en 4.500 ciudades de todo el país. Los trabajadores sindicados construirán carreteras y puentes, tenderán cables de Internet, instalarán cargadores de vehículos eléctricos. Los trabajadores sindicalizados van a transformar América. Y los trabajadores sindicalizados van a terminar el trabajo”, ha dicho entre aplausos.
La edad
Durante la campaña de 2020, la edad ya fue una cuestión a considerar. Cuando como candidato le preguntaron si pensaba ser un presidente de un solo mandato, evitó comprometerse a ello: “Es legítimo que la gente pregunte sobre mi edad. Es la misma pregunta que me hicieron cuando tenía 29 años [fue elegido senador con esa edad], si tenía la edad suficiente para el puesto. Espero poder demostrar que con la edad viene la sabiduría y la experiencia que permite hacer las cosas mucho mejor”, contestó. Sin embargo, el propio Biden se definió a sí mismo en campaña como “un candidato de transición”.
En principio, Biden parecía tener la prioridad de superar la era de Trump, recuperar la normalidad democrática y combatir la polarización de la política estadounidense. Ese plan, sin embargo, pasaba por el hecho de que Trump se retirase de la escena. No ha sido así. El Partido Republicano sigue rehén del expresidente, que promocionó a candidatos extremistas que fracasaron en las elecciones de noviembre pasado.
“Cuando me presenté a presidente hace cuatro años, dije que estábamos en una batalla por el alma de América. Y todavía lo estamos. La cuestión a la que nos enfrentamos es si en los próximos años tendremos más o menos libertad, más o menos derechos, Sé cuál quiero que sea la respuesta y creo que tú también lo sabes”, dice. Señala que es el momento para defender la democracia.
Que Trump esté en la carrera presidencial de 2024 motivaba a Biden. El presidente presenta a su antecesor como una amenaza para la democracia. Ya le derrotó y se ve con posibilidades de volver a hacerlo. Además, en ese caso, la diferencia de edad no es tanta. Trump llegaría a las elecciones con más de 78 años y, de hecho, si resultase elegido, superaría a Biden como el presidente de mayor edad en caso de completar su mandato.
Ni el papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, ni el bulo electoral, ni sus intentos de subvertir el resultado, ni su imputación criminal, ni el fraude fiscal de su grupo empresarial, ni la demanda por violación, ni las investigaciones de la Fiscalía por diversos posibles delitos han bastado para restar apoyo a Trump en las bases republicanas. Biden considera que es el demócrata mejor situado para batirle.
“Por eso me presento a la reelección. Porque conozco América”, dice Biden antes de lanzar la frase que da título al vídeo (“Terminemos el trabajo”) y cerrar con uno de los mensajes que más veces repite: “Esto son los Estados Unidos de América. No hay nada, simplemente nada que no podamos hacer si lo hacemos juntos”. El vídeo da protagonismo por momentos a los diferentes grupos de población en Estados Unidos. La campaña ha lanzado una versión en español del mismo pensando en el votante hispano, que puede resultar decisivo en 2024.
La presentación de la candidatura permite al presidente poner en marcha el aparato de su campaña, especialmente el recaudatorio. Ya está en marcha la petición de aportaciones. Biden tiene previsto un acto con los principales donantes esta misma semana. La Casa Blanca, por otra parte, es una magnífica plataforma de propaganda política y da una visibilidad incomparable. Para lo bueno y para lo malo.